Unir Cartagena y Santiago: el reto del equipo de ultraciclismo Cartagena-Grupo Ricardo Fuentes
Unir Cartagena y Santiago de Compostela es el reto que el equipo de ultraciclismo Cartagena-Grupo Ricardo Fuentes se propuso completar el pasado mes de agosto, como parte de su preparación para el cuádruple Everesting tendrá lugar el próximo mes de octubre.
Este cuádruple Everesting tiene un carácter solidario, ya
que al realizarlo buscan recaudar fondos para Autismo Somos Todos, una
asociación sin ánimo de lucro que tiene como objetivo mejorar la vida de tanto
de las personas con trastorno del espectro autista como de sus familias y
ofrecerles nuevas oportunidades.
La prueba que han completado a modo de preparación dos de
los componentes del equipo de ultraciclismo Cartagena-Ricardo Fuentes es conocida como Carsan 2020. Esta prueba pertenece a la
categoría Superbrevet y une las ciudades de Caravaca de la Cruz con Santiago de
Compostela. A estos 1.200 kilómetros, Carles Ros y Jorge Cebrián decidieron
añadirle unos cuantos más, saliendo desde la estatua del Apóstol Santiago que
se encuentra en el puerto de Cartagena.
Al llegar a Caravaca se unieron al resto de ciclistas que
participaron en la Carsan 2020, y pusieron rumbo a Malagón en Ciudad Real, para
realizar la primera parada de esta ruta. Los dos ciclistas del equipo de
ultraciclismo Cartagena-Grupo Ricardo Fuentes cuentan que el calor
predominó durante toda esta primera jornada.
Tras unas horas de descanso comenzaron su segunda jornada
que les llevaría hasta Salamanca. Esta etapa fue más exigente que la anterior
tanto por el desnivel, que fue superior a los 2.500 metros, como por el tipo de
carretera por la que circularon. A mitad de camino la rueda trasera de la
bicicleta de Carles Ros se rompió, pero gracias a la ayuda de otros compañeros
pudo solucionar este contratiempo y continuar, aunque acumuló tres horas de
retraso.
Desde Salamanca continuaron hasta Astorga, en la tercera
etapa, donde notaron el descenso de las temperaturas acompañado de una lluvia
constante. Al estar ya con el final tan cerca, los kilómetros empezaban a
notarse en las piernas de los ciclistas que se dispersaron, recorriendo así
varios kilómetros en solitario.
El cuarto día finalizó con la llegada a Santiago de
Compostela, después de superar el puerto de Foncebadón y la Cruz de Hierro. Una
vez en la ciudad gallega, Carles Ros pudo homologar el recorrido.
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